Queridos hermanos y hermanas,
En primer lugar, quisiera agradecer a Su Excelencia el Arzobispo Leonardo D’Ascenzo, que como Padre y Pastor está siempre cerca de nosotros; su cercanía nos anima en el camino de formación personal y de difusión de la espiritualidad de la Sierva de Dios Luisa Piccarreta.
Agradezco también al Alcalde de nuestra ciudad de Corato, el Profesor Corrado Nicola De Benedittis, a la asesora Arq. Antonella Varesano, al Vicario General Don Sergio Pellegrini, al párroco Don Vincenzo Bovino, así como a Don Vincenzo Di Pilato y Don Silvio Caldarola.
El sol de la Divina Voluntad posee la fuente de Luz y rodeándolo, siempre podemos sacar Luz nueva que, infiltrándose en nuestros corazones, genera el bien.
Hoy terminan las “Jornadas de Luz” que comenzaron el 28 de febrero y mi esperanza es que esta serie de eventos que compartimos hayan ayudado a alimentar la luz del conocimiento de la Divina Voluntad y el sentimiento de unidad y fraternidad.
Papa Francisco afirma: “Estamos en camino guiados por la luz amable de Dios, que disipa la oscuridad de la división y dirige el camino hacia la unidad... El mundo necesita la luz de Dios y esta luz brilla sólo en el amor, en la comunión, en la fraternidad”.
La guerra entre Rusia y Ucrania constituyó el fondo de estos días que hemos vivido. Hoy, en el 75° aniversario del tránsito de Luisa al Cielo, que nuestra oración, elevada desde su tumba, sea una luz que disipe la oscuridad del egoísmo y de la ferocidad destructiva, que ilumine las mentes y caliente los corazones de quienes tienen responsabilidades políticas para que se emprenda el camino de la reconciliación y de la paz y Dios pueda conducir su guerra de amor.
“Mi guerra será guerra de amor, mi Voluntad descenderá del cielo entre ellos; todos tus actos y los de los demás, hechos en mi Voluntad, harán guerra a las criaturas, pero no guerra de sangre, lucharán con las armas del amor, dándoles dones, gracias, paz, darán cosas sorprendentes para asombrar al hombre desagradecido”.
(Vol.12 – 24/04/1921)