Durante la semana pasada terminaron los “Días de Luz” dedicados a nuestra Luisa Piccarreta.
Como sabemos, estos días comienzan el 28 de febrero, día en que el confesor Don Gennaro De Gennaro, “dio obediencia” a Luisa para escribir su diario, es decir, sus maravillosos diálogos sobre la Divina Voluntad y terminan el 4 de marzo, el día en que Luisa nace en el Cielo.
En la tarde del 27 nos alegramos en ver y escuchar los mensajes de cariño por parte de todos los pequeños hijos de la Divina Voluntad alrededor del mundo. “Todos queremos el Reino de la Divina Voluntad”.
En la mañana del 28, nuestra asociación conmemoró este importante día, rezando por la mañana todos juntos, en el Instituto de las Hijas del Divino Celo, donde Luisa vivió durante diez años, meditando algunos pasajes de la Divina Voluntad.. Por la tarde de la misma jornada, en cambio, se celebró una Santa Misa en la Parroquia de San Giuseppe, precisamente para recordar al confesor de Luisa, Don Gennaro de Gennaro, en ese entonces párroco de esa iglesia, quien, como ya dijimos, dio a Luisa la obediencia de escribir todo lo que Jesús le decía.
Además, en los días del 26 de febrero al 6 de marzo se celebró, en la iglesia de San Vito, una exposición dedicada a Luisa titulada “La mística coratina” en la que se pudieron admirar imágenes relativas a la vida de la sierva de Dios, con algunos ejemplares de sus escritos.
El 1 de marzo pudimos escuchar una meditación “Una sola vida, una sola voluntad” a cargo del asistente eclesiástico Don Sergio Pellegrini en la que se destacaba la íntima unión que existía entre Jesús y Luisa, tanto que se convertían en “una sola cosa” y precisamente esto significa vivir en la Divina Voluntad al contrario que hacer la voluntad de Dios, que implica pausas e intermitencias entre el alma y Jesús, es decir que no hay continuidad, como en cambio sucede cuando se vive en ella.
A continuación, el 2 de marzo, nuestra asociación preparó un conjunto de testimonios recogidos por las “Faville”, el grupo de niños que siguen la espiritualidad de Luisa y contaron su forma de ver el tránsito de Luisa al Cielo, con imágenes y entrevistas. Fue muy amable observar su espontaneidad al imaginar el “camino salpicado de soles” que Luisa recorre antes de llegar al Cielo, su deseo de imitar la perseverancia de Luisa, su admiración por la vida de Luisa y por su deseo de salvar y sanar almas con Jesús.
El 3 de marzo vivimos un momento de adoración eucarística “El sol de mi voluntad” en el que meditamos unos fragmentos de Luisa de los que se desprende la imagen del Sol que es la imagen de Jesús y de su amor intenso, constante, verdadero no sometido a la debilidad como él de las criaturas, lo mismo ocurre con las almas que viven en la Divina Voluntad, se sumergen en esta luz del sol e iluminan a cualquiera que se les acerque.
La tarde del 4 de marzo, Sor Assunta nos llevó a reflexionar sobre la “moneda del amor”. Inspirándose en una conversación entre Jesús y Luisa, Sor Assunta creó esta pequeña moneda de amor y quiso dárnosla como regalo para incitarnos a todos a adquirir las virtudes y el amor de Jesús.
La Celebración Eucarística para conmemorar el paso al Cielo de la sierva de Dios tuvo lugar en la Parroquia de S. María Greca y fue dirigida por nuestro Arzobispo Mons. Leonardo D’Ascenzo. En este momento tan hermoso se percibió mucha comunión entre nosotros, experimentando lo que dice Jesús en el Evangelio de Mateo: “Donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”. (Mt.18,15-20) Los saludos finales de la presidenta Vincenza Arbore resaltaron la esperanza de que esta serie de citas compartidas ayude a alimentar la luz del conocimiento de la Divina Voluntad y el sentido de unidad y fraternidad.
“El sol de la Divina Voluntad posee la fuente de Luz y rodeándolo, siempre podemos sacar Luz nueva que, infiltrándose en nuestros corazones, genera el bien”.
Angela Iurillo